Uno de los principales trabajos de 2016 de la Gobernación de Maipo fue la implementación del Programa de Habitabilidad, financiada por el Ministerio de Desarrollo Social y supervisada por el Fosis, que en lo que va del año ha permitido ayudar a mejorar sus condiciones de vida a 33 familias de la comuna de San Bernardo.

El Gobernador Gustavo Marcos Escobar escribió una columan sobre este plan de Gobierno que fue publicada este martes 18 de octubre por la web www.elacontecer.cl (https://goo.gl/48j8vB) y que les invitamos a leer.

Programa de Habitabilidad, una real ayuda para los más desposeídos

Todos damos como obvio que lo mínimo es tener un techo digno bajo el que cobijarse, un lugar seco y cálido para descansar, una cama cómoda y alimentación.

Pero todavía hay miles de compatriotas para los que esos supuestos se asemejan a una quimera, porque ven muy lejano el ingreso per cápita de 24 mil dólares anuales del país (16 millones de pesos, el más alto de América Latina).

Es que según la CASEN 2013 aún existen comunas con un 18,8% de pobreza, que cuentan con preocupantes indicadores de viviendas: 23,9% con hacinamiento medio, 3,4% con hacinamiento y 7% con saneamiento deficitario.

Por eso es necesario mantener y reforzar los planes estatales de apoyo focalizados en los sectores más vulnerables, que ayudan a elevar el nivel de vida de miles de chilenos y chilenas que han sido invisibilizados por la maraña consumista que impera.

Uno de esos programas es el de Habitabilidad, que la Gobernación Provincial de Maipo asumió este año en San Bernardo luego de que no fuera ejecutado por la Municipalidad.

Se trata de un trabajo en terreno financiado por el Ministerio de Desarrollo Social, que cuenta con el asesoramiento técnico y la coordinación del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis).

El Programa de Habitabilidad está centrado en familias en situación de vulnerabilidad, con problemas en las condiciones de su vivienda. Pero la gente no postula, sino que sus casos son detectados y evaluados por personal de la Gobernación, en base a los diagnósticos realizados a familias identificadas en otros programas (Seguridad y Oportunidades, Vínculos y Abriendo Caminos).

Y aunque parezca que los poco más de 80 millones de pesos destinados en 2016 para ayudar a 33 familias en la comuna de San Bernardo no es mucho, la verdad es que ese monto cercano a las tres mil Unidades de Fomento (el costo de un departamento o de una casa destinados a la “clase media”) ha ayudado a cambiar las vidas de esas 33 familias, que suman dos centenares de personas.

Ejemplos hay varios. Uno es el de la señora Blanca Valenzuela Arriagada, quien a sus 70 años vive en la Población San Pedro Nolasco junto a una hija y tres nietos, y ahora disfruta de arreglos en su vivienda que de otra manera no podía costear.

Lo mismo corre, para citar otro caso, con don Viterbo Rojas, un viudo ya anciano que vive solo en un departamento de la Población Andes Uno, quien recibió servicios básicos y hasta una cama.

No menor es la situación de la señora María Rosales Delgado, de la Población Los Copihues, a quien se le llovía su casa y tras las reparaciones está contenta porque ahora se siente protegida.

Y otro ejemplo es el de la señora María Teresa Guerra Veloso, de la Población San Pedro Nolasco, emocionada y agradecida porque las reparaciones hechas a su morada les mejoraron en un cien por ciento la existencia a ella y los suyos.

En estos casos, una pequeña intervención cambia el nivel de temperatura promedio al interior de la casa en invierno, nivelando hacia arriba su calidad de vida.

La entrega de equipamiento complementario a estas reparaciones y/o mejorías permite, por ejemplo, que los niños puedan por fin dormir cada uno en su cama, mejorando incluso su desempeño escolar.

Ese es el otro Chile, el que no debemos olvidar y al que hay que seguir ayudando con programas como el de Habitabilidad, que entrega implementación de servicios básicos, mejoramiento de viviendas, equipamiento básico para comer y dormir, e incluso talleres de habitabilidad.

Siguiendo a Amartya Sen, filósofo y economista indio de etnia bengalí, “la pobreza debe concebirse como la privación de capacidades básicas y no meramente como la falta de ingresos”.

En este sentido, la mejoría del entorno familiar propende a mejorar las capacidades de las personas para desarrollarse mejor en diversos ámbitos. Así se enferman menos, aumentando su productividad laboral, o se pueden concentrar, lo que incide positivamente en el rendimiento escolar, lo que a la larga redunda en el aumento de las libertades y potencialidades de los beneficiados.